El urólogo es el especialista que se encarga de la prevención, del diagnóstico y del tratamiento de enfermedades renales, del aparato urinario y del retroperitoneo. Además, aborda problemas del aparato genital masculino. Los órganos que estudia este médico son la vejiga, el riñón, la glándula suprarrenal, el pene, la próstata, el escroto, los testículos, el epidídimo, el uréter, la vía seminal, la uretra y las estructuras del suelo pélvico.
Funciones y afecciones que trata la urología
Esta rama de la medicina se encarga de diagnosticar y prevenir problemas urinarios tanto en la mujer como en el hombre, además de los ya citados trastornos del aparato genital masculino. El principal objetivo de la urología es aportar soluciones para mantener el buen funcionamiento de las vías urinarias y del aparato reproductor y sexual del hombre.
También atiende problemas más específicos a través de la uroginecología, la andrología, la urología reconstructiva y la uroncología. Trata afecciones muy diversas, como las siguientes:
- Infecciones urinarias.
- Patologías del aparato genital masculino. Algunas de las más comunes son fimosis, frenillo corto y prepucio redundante. Estas afectan a la función sexual del paciente. De ahí la importancia de acudir al médico para tratarlas.
- Enfermedades renales, como pueden ser tumores y litiasis.
- Patologías benignas escrotales. Las más comunes son hidrocele, varicocele, ascenso testicular y torsión. Afectan no solo a la calidad de vida del paciente, sino también a su función reproductiva.
- Afecciones de la próstata. Por ejemplo: la prostatitis y la hiperplasia prostática benigna, entre otras.
- Cáncer de próstata, testículos y pene.
- Disfunción eréctil y determinadas alteraciones de la eyaculación. Estos problemas también afectarían al desarrollo de las relaciones sexuales.
- Esterilidad. Es el médico indicado para tratar los problemas de infertilidad del hombre, de la misma manera que el ginecólogo pone remedio a los de las mujeres.
- Infecciones de transmisión sexual. Gonorrea, clamidia, sífilis y herpes genital son algunas de las más conocidas.
- Traumatismos del aparato genitourinario.
Diferencias entre urólogo y nefrólogo
Ambos médicos se encargan de la salud del aparato urinario. Sin embargo, existen diferencias notorias entre uno y otro. La primera de ellas es que la urología es una especialidad quirúrgica. Es decir, puede llevar a cabo intervenciones en quirófano o ambulatorias, algo que no puede hacer un nefrólogo, quien solo llevará a cabo una pauta farmacológica o un tratamiento para el paciente.
Por otro lado, el especialista en urología trata problemas más amplios: anatómicos y estructurales de los riñones, de las vías urinarias y del aparato genital masculino. No obstante, el nefrólogo detecta problemas de funcionamiento del riñón, debido a otras enfermedades, como la diabetes o la enfermedad renal crónica.
La importancia de los urólogos en los problemas renales
Los riñones son los órganos principales del sistema urinario, por lo que es de vital importancia que funcionen perfectamente. De lo contrario, además de presentarse problemas, como sangre en la orina y dolor, ardor o dificultar al orinar, no se podrán desarrollar una correcta depuración del organismo ni lograr el equilibrio químico y la producción hormonal necesaria.
Por tanto, estos especialistas son necesarios para detectar a tiempo las patologías urinarias y ponerles tratamiento. Conseguir un diagnóstico precoz requiere realizarse las revisiones oportunas a partir de los 40 o 45 años, tal y como recomiendan los expertos.
¿Las mujeres también deben acudir al urólogo?
Por supuesto. Si bien ellas cuentan con el ginecólogo como especialista principal para abordar los problemas reproductivos y sexuales, en el caso de incontinencia urinaria y otras cuestiones relativas al aparato renal, deben acudir a consulta de urología.
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